La administración de una dieta adecuada a la edad, actividad y estado de nuestro buen amigo es, sin lugar a dudas, un camino seguro hacia la salud.
Las comidas caseras, las "mezclas maravillosas" utilizadas durante largos años de convivencia entre el hombre y el perro, han sido prácticamente desterradas como opción, tanto por los profesionales como por una gran mayoría de propietarios.
La elección de una dieta comercial de alta calidad nos asegurará que el organismo del animal dispondrá de todos los recursos para defenderse de agresiones externas; una buena alimentación proveerá al animal de todos los elementos necesarios para que ningún aparato o sistema orgánico disminuya en su rendimiento o presente el menor atisbo de problema.
Pero por desgracia, algo tan simple como es la elección de un alimento de calidad y adecuado a nuestro animal, sigue sin cumplirse: "picoteos", sobras de nuestras comidas, alimentos comerciales baratos o inadecuados... múltiples fallos que ponen a prueba diariamente la salud del animal; estas inadecuadas actuaciones, si se mantienen en el tiempo, provocarán un importante desequilibrio de nutrientes: excesos de energía y proteínas, deficiencia de vitaminas... ¡¡un desastre!!.