Al vacunar a nuestra mascota debemos tener presente que éste es un acto de conciencia y amor. Además de protegerla frente a las más diversas enfermedades, la vacunación es la manera de controlar su aparición en animales y seres humanos y propiciar su erradicación.

En este sentido, durante los últimos años se ha realizado un gran avance en las alternativas de vacunación para nuestras mascotas. Han aparecido las vacunas recombinantes, que garantizan mayor efectividad y ausencia de efectos indeseables para los animales.

Ya hemos comentado ciertas acciones preventivas en los meses de frío: evitar cambios bruscos de temperatura, excesiva humedad en la piel y pelo tras los paseos... pero ahora queremos hacer hincapié en la importancia de la prevención sanitaria.

Las vacunas tienen gran relevancia durante todo el año, pero cuando llegan las temperaturas extremas (frío o calor), el organismo se altera, las defensas se resienten y es fundamental que el animal tenga recursos suficientes para protegerse ante la posible entrada de agentes infecciosos; los agentes patógenos están muy atentos a la bajada de defensas que provoca la bajada de las temperaturas. Debemos asegurar una correcta vacunación y desparasitación del animal en estas épocas del año.

En el caso de los animales vejetes, sería conveniente antes de las épocas de temperaturas extremas realizar un chequeo; los geriátricos y los cachorros son los más susceptibles a las inclemencias del tiempo y deben ser a los que dediquemos mayor atención.