Existen multitud de productos antiparasiarios, en distintos formatos y presentaciones, con variados principios activos... todos ellos con gran capacidad de acción.

Los parásitos que viven en la superficie del animal se conocen como parásitos externos o ectoparásitos; tienen ciclos de vida complejos y adaptados a las condiciones climatológicas habituales en la zona; es por ello que los parásitos suelen tener una presencia estacional, dependiendo de sus condiciones de vida.

Están divididos en dos grupos principales y los más conocidos son las garrapatas y las pulgas.

Entre los principales daños que los parásitos externos pueden causar, tenemos:

1.Irritación: al alimentarse a través de la piel suelen provocar picor intenso: el animal se rasca y se produce una lesión secundaria.

2.Transmisión de enfermedades: uno de los inconvenientes fundamentales de la acción de las garrapatas es la posibilidad de transmitir graves enfermedades (Babesiosis). En el caso de las pulgas el efecto transmisor también es posible (Dipylidium caninum).

3.Reacciones tóxicas: algunas garrapatas, al alimentarse, liberan toxinas en la sangre del huésped. Puede provocarse una parálisis que puede ser causa de muerte.

4.Perdida de sangre: evidente pérdida por la ingestión de los parásitos de este inapreciable elemento. Suele evidenciarse por debilidad y anemia

CONTROL

1.Garrapatas: se deben tratar los perros y su ambiente. Es importante tratar las zonas de estancia y paso con productos adecuados. Los animales infectados se trataran con productos específicos y de acción probada; es importante tener en cuenta las contraindicaciones marcadas por el fabricante, especialmente en cachorros y en hembras gestantes.

Podemos encontrar un gran número de productos en diversas presentaciones: collares, pipetas, champúes... es imprescindible dejarnos aconsejar por el veterinario; no tiene las mismas necesidades de prevención antiparasitaria un perro de apartamento que un animal que vive en una finca con ganado...

2.Pulgas: Es indispensable el tratamiento del animal y de su entorno; si solo nos preocupamos de evitar la aparición de parásitos sobre la superficie del perro, estaremos dejando de lado una importante vía de reinfestación: los huevos de pulga que quedan diseminados por nuestro hogar... Los tratamientos preventivos deben aplicarse de forma regular y no solo en épocas de máxima incidencia. Al igual que en el caso de las garrapatas nos dejaremos asesorar por el profesional.

¿EL MEJOR TRATAMIENTO?

Sería muy difícil, aparte de injusto, decantarnos por un solo producto antiparasitario de elección...

En lo que coincidimos la mayoría de los profesionales, es que la mejor acción antiparasitaria se consigue por la combinación de varios productos antiparasitarios...

¿Por qué?

Un solo producto (collar, pipeta, spray...) no consigue todas las acciones deseadas: unos acaban con formas adultas, otros tienen efectos solo contra un parásito... es por ello que la combinación de un par de productos, consigue el efecto deseado: proteger en la mayor medida a nuestro perro contra la invasión parasitaria.

Y antes de acabar debemos tener un par de cosas muy presentes:

-La elección de los antiparasitarios debe realizarse con ayuda de los profesionales: cada animal, si estilo de vida, requiere de un tratamiento preventivo específico.

-La efectividad total (100%) es imposible. Es por ello "normal", que a pesar de que el animal lleve, por ejemplo, un collar antiparasitario y se haya administrado una pipeta, puedan aparecer parásitos externos.